Con risas, recordamos cuantos productos repartimos en nuestros carros rebosados de Pinguee por cada ventana, impidiéndonos ver por el retrovisor. Nuestras familias han sido nuestros colaboradores por excelencia convirtiéndose en la mano de obra más calificada, ejerciendo roles desde llenado, diseños, logística, mercadeo, community managers y modelos improvisados.
Hoy podemos decir que nuestro lugar favorito son todos; porque cualquiera puede ser un espacio maravilloso que se crea con un par de Pinguees, una taza de café o de té y muchos momentos para disfrutar.